martes, 22 de junio de 2010

EL PROFESIONAL ACORRALADO




Por María Teresa Puigbó


Cómo se puede vivir dignamente sin trabajo? Cómo se le cierran las puertas de trabajo productivo a miles de dominican@s bien educad@s, con maestrías, relaciones y que dominen varias lenguas? Sin vínculos gubernamentales, sin estar ligado al narcotráfico, sin robar ni delinquir, es difícil emplearse en este país.

Narro a grandes trazos un vía crucis actualmente sufrido por todo desemplead@. La quiebra de los bancos en el 2003, la crisis hipotecaria en los Estados Unidos, una gran depresión mundial, ha desplazado sin empleo a miles de ciudadanos. En la República Dominicana a partir del 2003 según proyecciones del Banco Central, hay un millón quinientos mil nuevos pobres, entre ellos muchos técnicos, profesionales y micro y pequeños empresarios. En algunos estados donde existe seguridad social, le pagan salarios hasta por seis meses en lo que encuentran un nuevo modo de ganarse la vida. Hay bancos de empleos, viviendas económicas, planes de emergencia para pagar las deudas acumuladas. Pero aquí en este país donde somos huérfanos de todo, donde no hay justicia ni inversión social, es una nueva práctica gerencial en el sector privado, la de negar un empleo a una persona si su historial de crédito presenta atrasos.

Y si no le dan empleo, como pagan sus deudas? Esto es un hecho bochornoso, ilegal, discriminatorio e inconstitucional. Nuestra Carta Magna reza en su Artículo 39, “Derecho a la igualdad. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal.”

Y que pasa con este derecho ciudadano aquí consagrado en la Constitución, “Artículo 62.- Derecho al trabajo. El trabajo es un derecho, un deber y una función social que se ejerce con la protección y asistencia del Estado. Es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado. Los poderes públicos promoverán el diálogo y concertación entre trabajadores, empleadores y el Estado.

En consecuencia:

1) El Estado garantiza la igualdad y equidad de mujeres y hombres en el ejercicio del derecho al trabajo;”

Y entonces sigue siendo la Constitución un pedazo de papel, o ir a solicitar empleo es igual que solicitar comprar un electrodoméstico a crédito?

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