viernes, 18 de abril de 2008

NIÑOS DEL BATEY: (foto: Antonio Yaguarix de Moya)

¿EXISTE DISCRIMINACIÓN RACIAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA?

LOS DOMINICANOS: TRIGUEÑOS, MULATOS Y MORENOS

Por: Antonio Yaguarix de Moya

Publicado originalmente en la revista Contratiempo (Chicago, Illinois), número 53, febrero 2008, pp. 8-9

A Víctor Camilo, etnógrafo de la resistencia.

Las diferencias no nos empobrecen, nos enriquecen.

El Principito, Antoine de Saint Exupèry

Recientemente han sido exhibidos en los Estados Unidos y en países de Europa un par de documentales sobre las condiciones de trabajo en que viven personas de origen haitiano en la República Dominicana. Ambas naciones comparten el territorio caribeño de la isla de Kiskeya.
En esos documentales se acusa a algunos consorcios azucareros privados, de continuar ejerciendo prácticas que podrían considerarse como un nuevo tipo de esclavitud en las comunidades rurales o “bateyes” donde viven los trabajadores agrícolas azucareros.
El batey de hoy es un poblado donde residen con sus familias los actuales o antiguos cortadores de la caña de azúcar. Originalmente, la palabra taína batey se refería a una plaza ceremonial en el centro de los yukayekes o poblados, donde se realizaban los areytos –cantos y bailes-- y se jugaba al batú o pelota.
¿Nueva esclavitud o super-explotación?
Las prácticas “neo-esclavistas” o de súper-explotación se refieren al trabajo de sol a sol; virtual confinamiento en bateyes de extrema pobreza; bajos salarios; y servicios básicos inexistentes.
Esas condiciones de trabajo resultan poco atractivas para los agricultores dominicanos, aunque muchos deban aceptarlas. Los cultivadores, entonces, son reclutados mayormente entre los campesinos en la República de Haití, quienes sostienen la producción azucarera dominicana.
Durante casi un siglo, desde 1919, estos agricultores han venido siendo introducidos anualmente en territorio dominicano con esos propósitos. Muchos residen durante años o permanentemente en los bateyes, aunque su status nunca es definido. Indocumentados, ellos “pertenecen” al ingenio azucarero. Como dijera el poeta Pedro Mir, “son del ingenio”.
Unos entran al país bajo contrato; otros ingresan de manera clandestina, por cuenta propia o con la complicidad de fuerzas al servicio de grupos económicos poderosos, tanto dominicanos como haitianos, que se benefician con ser intermediarios en este tráfico.
Parte de ellos son “recolectados” y repatriados cuando termina cada molienda. Pero la mayoría permanece en Dominicana durante el “tiempo muerto” entre cosechas, procurando generar algún ingreso de subsistencia.
La falta de legalización de su situación los mantiene en una situación vulnerable, pues en Dominicana a los haitianos sólo se les considera seres humanos y sujetos de derechos si pueden exhibir la inexistente documentación de su legalidad.
Frente al descalabro de la industria azucarera estatal en los últimos 20 años, una población haitiana cercana al medio millón de personas ha ido desplazándose a sectores como la agricultura, la industria de la construcción, el turismo, la artesanía y la economía informal.
A pesar de retener su identidad, su idioma y su cultura material y espiritual, los haitianos en el país aprenden rápidamente el español dominicano, y en una o dos generaciones sus descendientes son y “pasan” como dominicanos.
La primera contradicción
Así, las relaciones dominico-haitianas constituyen lo que podríamos llamar la punta más visible del témpano de las relaciones raciales y de clase social en el país.
El aparente --y por momentos real-- conflicto entre las dos poblaciones sirve para polarizar el problema como un asunto racial entre descendientes de “europeos blancos” y de “africanos negros”, cubierto con intentos de justificación cultural e histórica.
Las historias oficiales de ambas naciones han tendido a presentar a las dos poblaciones como si fueran antípodas en el planeta, absolutamente diferenciadas, sin lazos comunes.
Estas nunca son descritas como lo que son, dos poblaciones siamesas inseparables, hermanas de madre, en incesante mezcla, que comparten una misma sangre en condiciones ambientales similares en una isla minúscula del Caribe. El destino de una es necesariamente el destino de ambas.
La República de Haití es concebida en Dominicana como una extensión del África al sur del Sahara, 99 por ciento “negra”; con una sangrienta historia colonial francesa resultado de una esclavitud “dura”; una lengua oral sin escritura consensuada, el kreyol; y una religiosidad sin jerarquía sacerdotal, el vodú, que rinde culto a los ancestros y a la comunicación con ellos. En otras palabras, es el “otro” que el dominicano quisiera no ser –en parte, siéndolo.
Dominicana en cambio, es mercadeada como una extensión “algo mixta, no ‘totalmente’ pura” de la “Madre Patria”, España, la cual es tenida por “blanca”, a pesar de su amplio mestizaje con las poblaciones de África del Norte; con una historia de esclavitud “benigna”; una lengua que trata de pasar por castellana; y una religiosidad jerárquica católica que opera como una teocracia --un gobierno de Dios.
Como señala el antropólogo Pablo Mella, el desprecio al haitiano se traduce en odio y violencia hacia nosotros mismos.
De forma similar, en palabras del psiquiatra Carl Jung, quien no reconoce sus propias contradicciones, no sólo acusa al otro de poseerlas, sino que las sufre como su propio destino.
Pero es allí donde comienza la verdadera historia de la cuestión racial en Dominicana, el resultado de la negación.
La segunda contradicción
Kiskeya ha sido una de las principales protagonistas del experimento social más importante de los últimos 500 años: la mezcla de las poblaciones de América, Europa y África, con su multitud de pueblos, culturas y lenguas, a partir de 1492. Este es un acontecimiento nunca antes visto en la historia.
Aún persiste el mito de la “extinción” de la población y de la cultura indígena taína con la muerte del último indígena “puro”. Esta es la gran mentira de la historia de la isla, basada en la falsa creencia en “razas” puras, a pesar de la pertinaz migración.
En realidad, nuestros abuelos europeos y africanos se reprodujeron con nuestras abuelas taínas, y nuestros padres mestizos lo hicieron con nuestras madres africanas y mestizas.
De esta forma se aseguró, con el mestizaje, la supervivencia de la herencia genética y cultural taína. La negación de esta realidad, por desgracia, se convirtió en requisito de la supervivencia.
A esta herencia, que se había desarrollado como adaptación al medio ambiente de la isla, se aclimataron los nuevos pobladores y sus descendientes. Allí fue evolucionando una reactividad, una cultura y una lengua común.
Si el escritor inglés William Shakespeare planteaba hace pocos siglos el dilema de Hamlet como "¿Ser o no ser? Esa es la pregunta", el dominicano parece haberlo resuelto, invirtiendo los términos, cuando contesta: "Ser y no ser. Esa es la respuesta".
No parecemos creer en la disyuntiva, sino en la conjunción. Si puedes ofrecerme A y B, ¿por qué no me das ambas? ¿Por qué tengo que escoger una de las dos?
Según el pensador puertorriqueño Arnaldo Cruz-Malavé, el escritor cubano José Lezama Lima afirmaba que los europeos establecían polaridades en las que uno debía escoger entre un polo u otro para hacerse de una filiación.
Nosotros, los latinoamericanos –sigue diciendo--, no teníamos por qué escoger; nos podían gustar igualmente ambas opciones sin sentirnos comprometidos con ninguna de las dos.
El no escoger o el no rechazar, como lo llama Lezama, era el placer de quienes estaban al margen de esas disputas de Occidente, y una estrategia que había sido practicada siempre por los latinoamericanos.
No es sorprendente que el producto de este experimento “transgénico” fuera algo diferente a todo lo conocido.
El “racismo” incluía hasta entonces sólo dos polos, el “blanco” y el “negro”. Ahora se añadía un tercer elemento, el indígena o amerindio.
Desafortunadamente, en lugar de propiciarse la mezcla armónica entre esos tres componentes, cada par se unía para excluir al tercero.
La exclusión del tercero
En vez del racismo “blanco-europeo” contra “negro-africano”, ahora tendríamos tres nuevos racismos “sincréticos” –el producto de la coalición de cada dos contra el otro.
Proponemos entonces que en Dominicana existen los racismos “trigueño” (europeo-amerindio contra africano), “mulato” (europeo-africano contra amerindio), y “moreno” (africano-amerindio contra europeo).
Cada combinación se considera enfrentada y superior a las otras. Y cada una parece estar asociada con una clase social: los “trigueños” a la clase media alta, los “mulatos” a la clase media, y los “morenos” a la clase popular.
Estos racismos parecen estar basados tanto en el color de la piel –altamente variado en la población-- como en la textura del pelo (lacio-rizo) y en el olor corporal, que supuestamente distinguía a los tres grupos originarios, en base al tipo de alimentos que consumían.
Una vez pregunté a una estudiante paquistaní en una clase de Salud Pública en Santo Domingo sobre cómo nos veía: ¿iguales o diferentes? Me miró y se sonrió, diciéndome con malicia: "ambos". Tal vez el hecho de ser todos tan distintos nos hace iguales. Tal vez la “marca” de nuestra identidad sea la diferencia.
Pero la historia no deja de complicarse, como si ya esto no fuera suficiente. Un estudio realizado en la región del Cibao en los años 1970 encontró 22 nombres usados por la población para las combinaciones resultantes del extenso mestizaje.
Unos cuantos ejemplos deberán bastar. Imaginemos un triángulo con cada grupo originario representando uno de los vértices o puntas.
En el vértice amerindio se incluye, entre otros, el indio claro, el indio “lavado”, el indio “canelo”, y el indio oscuro; en el europeo se incluye, el blanco “jipato”, el “jabao”, el “rubio”, y el trigueño; en el africano se incluye el mulato, el moreno, el negro y el prieto.
Recientemente, el antropólogo José Guerrero y el filósofo Jesús Zaglul han coincidido en el hecho de que tal estado de ambigüedad ha mantenido a los dominicanos como una sociedad que cada día se hace más débil.
Esta colectividad desunida, lamentablemente, está basada en un intento de exclusión y negación del derecho a la vida de los grupos más desposeídos: los haitianos, y los dominicanos de piel más oscura, pelo más rizo, y aroma corporal distintivo de la pobreza extrema: el olor del jabón de cuaba.
Reinventar la Isla, reinventar la Historia
No obstante, la reevaluación del aporte de los sectores populares, en especial los de origen afroamericano y amerindio, es precisamente motivo de las mejores esperanzas, de acuerdo con Guerrero y con Zaglul, una idea original del primer sociólogo dominicano, Pedro Francisco Bonó, hace más de cien años.
Carlos Andújar, antropólogo, afirma que la principal tarea para la identidad dominicana consiste en reconciliarse con su negritud.
Mejor aún, creemos que la reconciliación debe ser con el mestizaje, como “dinámica sin fin” del mundo caribeño y latinoamericano, como “semilla y ejemplo de interculturalidad”, en palabras de Pablo Mella.
Hace unos 35 años el sociólogo puertorriqueño Héctor Estades nos proponía con voz profética en las aulas de la universidad una “utopía del mestizaje” para la población de los Estados Unidos.
En ella abogaba por la mezcla de los grupos nacionales, raciales y étnicos como una especie de anunciación del advenimiento de un mundo de paz entre los seres humanos y el resto de la naturaleza.
¿Podríamos acercarnos a la quimera de una Isla de Paz, aún sabiendo que esto no es totalmente realizable? Es necesario reinventar la isla y su historia, pensarlas y construirlas como queremos y necesitamos, como nos dice el historiador suizo Rudolf Widmar.
Para esto, primeramente, es necesario excluir la exclusión; borrar las fronteras mentales que nos separan a unos de otros.
Debemos fomentar el desarrollo sociocultural comunitario y el protagonismo de los niños y los jóvenes de ambos sexos, aprovechando su energía e inteligencia, con asesoría de los ancianos/as más sabios/as.
Esta estrategia de desarrollo sociocultural debe acercarnos al resto del Caribe, a Latinoamérica y al mundo, de quienes hemos permanecido aislados, como huérfanos de padre y madre desconocidos.
Sólo así podremos decir que los problemas estructurales de Kiskeya serán resueltos, en orden de prioridad, por todos los kiskeyanos: haitianos y dominicanos unidos.
Sólo desarrollando la solidaridad insular empezaremos a contar con la solidaridad internacional.

Santo Domingo

25 de noviembre, 2007

domingo, 13 de abril de 2008

LA COMUNA DE PARIS Y EL HOY

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

-Departamento de Historia y Antropología-

INSTITUTO DE HISTORIA

LOS COMUNEROS CARLOS MARX Y
FEDERICO ENGELS:

LA COMUNA DE PARIS Y EL HOY



Dr.José Antinoe Fiallo Billini
Profesor del Area de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)


Seminario “150 Años del Manifiesto Comunista”
1 de Mayo 1998
Museo de Historia y Geografía
Sala “Pedro Julio Santiago”
Santo Domingo

Recordando a Antonio Gramsci y su propuesta de contra-hegemonía.


1. INTRODUCCION

¿Cuáles son las razones de haber titulado mi intervención de la forma o manera como lo hice? ¿Qué intención me guió o impulsó a ello?

Me permito justificarla aportando los siguientes argumentos:

1.1 En primer lugar, la urgencia, la necesidad de pensar el marxismo en una relación estrecha con el mundo de hoy, con el país de hoy, con las potencialidades de la acción popular y revolucionaria de hoy. Pasado, pensar y hoy son una poderosa fuerza integradora, una cierta pragmática de activación de alternativas políticas transformadoras.

1.2 En ese contexto, y en segundo lugar, recordar dos puntos de vista del Dr. Leonel Fernández, Presidente de la República, quien afirmó que el marxismo “ya no sirve” y que en el momento actual se requiere un “estado fuerte” para redistribuir la riqueza que produce la sociedad.

Obviamente, la proclamación de inutilidad del marxismo o de la manera de pensar socialista no es válida cuando usted se plantea dar continuidad al orden social actual, dejando que la riqueza se produzca en condiciones de desigualdad, de opresión, de enajenación de las mayorías populares. Pensar diferente implica asumir la redistribución, la justicia, la igualdad, en el proceso cotidiano de funcionamiento de la sociedad, en su interior, en cada lugar, espacio, relación, estructura o institución, porque eso es la democratización verdadera.

1.3 En tercer lugar, que para lograr una transformación en los códigos íntimos de reproducción de una sociedad, no podemos evadir un camino revolucionario, un curso radical, una transición que altere la ruta de las continuidades del orden. Y ello implica opciones, en ocasiones difíciles, pero que no pueden ser evadidas. No es como afirmó el dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Tirso Mejía Ricart en un programa de televisión, que los que quieren transformaciones substanciales son una especie de violentos por naturaleza, de personas obsesionadas, repito, violentas.

1.4 En ambas opiniones (Fernández y Mejía Ricart) se trata del pensar y actuar conservador que predomina en el gobierno y en los partidos tradicionales llamados de “oposición”, una manera burguesa de proponer visiones y políticas de orden y continuidad, una cierta reproducción sociopolítica de sostenimiento del capitalismo dominicano.

¿Por qué es actual, en ese sentido, reflexionar la Comuna de París? ¿Dónde reside la actualidad de reflexionar una experiencia revolucionaria pensando simultáneamente la construcción de una estrategia revolucionaria para el hoy?

Creo que ello es acertado y procedente para aprender a pensar simultáneamente la naturaleza del proceso político y la naturaleza del proceso social de reproducción, sobre todo en Mayo de 1998 cuando se realizará un proceso electoral congresional y municipal que ya está viciado, que ya es fraudulento. ¿Por qué? Porque unos aparatos (llamados partidos), donde se realiza una supuesta escogencia de mandatarios, de delegaciones, de representantes, sin ninguna vida efectiva en la comunidad y sus territorios, obligan a los ciudadanos y las ciudadanas a escoger al exterior de sus dinámicas, vidas y expectativas.

La Comuna de París es actual porque propone un proceso político adecuado, acorde, en consonancia con un proceso de reproducción social igualitario, justo, es decir, la política como expresión de la necesidad de organizar la sociedad sin privilegiados y sin secuestro de la soberanía de los agrupamientos sociales mayoritarios, porque la soberanía social no se disocia de la soberanía política, es una soberanía sociopolítica, la soberanía de la “República Social”, y esa República no puede ser capitalista, burguesa.


2. ABORDAMIENTO METODOLOGICO

Con la finalidad de acercarme adecuadamente a la fusión de intención con pragmática, traté en la medida de lo posible, de generar o construir unos cuadros matrices de elementos o referentes para leer, reflexionar, auscultar, interpretar y relacionar tanto “Algunos elementos de referencia sobre la Comuna de París” de los Comuneros, referido a las propuestas y abordamientos como “Reflexiones de Marx y Engels sobre la Comuna de París” (Cuadro No. 2), centradas en los textos que se refieren a “La Guerra Civil de Francia”.

¿Cuáles son esos elementos y referentes escogidos y hacia adónde apunta cada uno de ellos? Veamos:




2.1 Sentido de Comuna:
Pretendía esclarecer un poco, qué se plantearon los comuneros de su por qué, el alma, el espíritu de la lucha comunal, como se colocaban ellos y ellas en el camino de su historia, de la historia.

2.2 Variantes de Organización Social:
Para rastrear las diversidades de asociación, de organización desde lo que llamamos la sociedad civil para lograr una visión adecuada de cómo las clases sociales oprimidas, explotadas, generan sus articulaciones de lucha y combate.

2.3 Variantes de Organización de los Poderes Públicos:
Con la finalidad de poder establecer las maneras o formas de acercar las variantes de organización a las nuevas variantes de organización de los poderes públicos, es decir, cuán cerca, articulados, confundidos, se plantearon el poder social y el poder estatal o de la sociedad política, el poder que surge de la necesidad de asociaciones clasistas y las concreciones de capacidades públicas de hacer, no disociadas de la vida social.

2.4 Funciones Comunales:
A partir de las variantes de la organización de los poderes públicos, cómo operaba, qué hacía y a través de qué hacía la Comuna de París como organismo vivo, democrático, de pretensión igualitaria, para exponer una experiencia de ejercicio transformador.

2.5 Medidas y Proposiciones:
De manera tal que podamos tener una visión clara del sentido concreto, práctico, de hacia dónde iba la Comuna como proceso, qué implicaba su desarrollo, qué activaban sus resoluciones, acciones, prácticas y proposiciones.

2.6 Sujetos:
Quiénes encarnaban colectiva, socialmente, el proceso de reproducción social y el proceso sociopolítico que expresaba el desarrollo comunero, con la finalidad de poder establecer quiénes se apropiaron, se hicieron dueños, emergieron como protagonistas y actores revolucionarios.

2.7 Cómo es posible percibir, la estructuración de estos elementos de referencia, para apropiarse de la Comuna, de una reflexión sobre ella y de articular ambos elementos con el hoy dominicano contribuye a hacer todavía más expresa nuestra intención.

Por un lado, al develar la naturaleza de la alteración revolucionaria de la reproducción de la sociedad, evidenciar una reproducción democrática e igualitaria, una generación y redistribución orgánica de las producciones y creaciones en la sociedad, donde la comunidad es la potencia, la productividad, la eficacia, la manera poco costosa de organizar y poner a funcionar la sociedad.

Por otro lado, que ese proceso Comunal de organización social, para ser potente, requiere de la generación y construcción de formas políticas correspondientes, es decir, una construcción comunitaria de las capacidades de analizar, proponer, decidir, diseñar en la sociedad y en la interacción de los seres humanos y agrupamientos sociales. Se trata de hacer un nuevo tipo de hegemonía garantizando la emergencia igualitaria de los sujetos, sobre la base de que, la reproducción social, no genera privilegios, desigualdades y constituciones clasistas con su correspondiente Estado separado. Estado parásito y dominador. Veamos a continuación qué resultado arrojan como matrices de organización de la reflexión los dos bloques referentes (el de los y las Comuneros/as y el de Marx y Engels.


4. ALGUNOS ELEMENTOS DE REFERENCIA DE LOS
COMUNEROS SOBRE LA COMUNA DE PARIS

4.1 Sentido de la Comuna:

4.1.1 La fuerza del pueblo de París.
4.1.2 Un contrato cuyas cláusulas libremente debatidas harán cesar el antagonismo de las clases y establecerán la igualdad social.
4.1.3 Emancipación de los trabajadores y delegación comunal como garantía para controlar de manera eficaz los actos de los mandatarios encargados de la gestión de sus intereses y para determinar la aplicación progresiva de las reformas sociales.
4.1.4 El pueblo de París afirmará su derecho a ser dueño de la ciudad y a constituir como le convenga su representación municipal.
4.1.5 El pueblo de París se niega a desempeñar este papel de niño dirigido por su preceptor y en las elecciones municipales deberá recordar que el principio que preside la organización de un grupo o una asociación es el mismo que debe gobernar a la ciudad.
4.1.6 La verdadera representación popular y tendréis mandatarios que nunca se consideran vuestros amos.
4.1.7 El reino de la justicia.
4.1.8 La revolución tiene como fin la emancipación de los trabajadores.
4.1.9 Comuna revolucionaria como gobierno de la sociedad.
4.1.10 Pueblo, gobiérnate a ti mismo a través de tus reuniones públicas y de tu prensa.
4.1.11 Basta de militarismo.
4.1.12 Dejad que los aristócratas, los privilegiados y los verdugos de la humanidad se defiendan ellos mismos y el reino de la justicia se establecerá fácilmente.
4.1.13 París sola aspira a fundar la República y a conquistar las franquicias comunales.
4.1.14 Primero, la República Francesa, luego la República Universal, no más ejércitos permanentes… Nación soberana, los ciudadanos libres gobernándose a su antojo.
4.1.15 París se ha convertido en una Ciudad libre. No existe ya su potente centralización.
4.1.16 La Comuna no es ni el incendio, ni el robo, ni el saqueo, sino la conquista de las libertades y de la independencia que nos habrán arrebatado las legislaciones imperial y monarquía, es la verdadera base de la República.
4.1.17 República del Trabajo.

4.2 Variantes de Organización Social:

4.2.1 Comité de los Veinte Distritos.
4.2.2 Clubes.
4.2.3 Diarios y Hojas.
4.2.4 La Internacional (Asociación Internacional de Trabajadores).
4.2.5 Federación de Artistas.
4.2.6 Mercados y Ferias.
4.2.7 Cámaras Sindicales y Asociaciones Obreras.
4.2.8 Sindicato de Mecánicos.
4.2.9 Asociaciones Metalúrgicas.
4.2.10 Sociedades de Alimentación.
4.2.11 Federaciones de Clubes.
4.2.12 Unión de Mujeres para la Defensa de París y el Cuidado de los Heridos.
4.2.13 Asociación Republicana.
4.2.14 Asociaciones Solidarias de Capital Colectivo e inalienable.
4.2.15 Teatros y Teatros barriales.
4.2.16 Conciertos, Festivales.
4.2.17 Cafés.
4.2.18 Calles y espectáculos.
4.2.19 Liga de Unión de los Derechos de París.
4.2.20 Sociedad Popular.
4.2.21 Federación de los Comités Republicanos Departamentales de París.
4.2.22 Red Federaciones.
4.2.23 Asambleas.
4.2.24 Federación Revolucionaria de las Comunas.
4.2.25 Asociaciones Locales.
4.3 Variantes de Organización de los Poderes:

4.3.1 Comité Central de la Guardia Nacional.
4.3.2 Servicios Ministeriales, Administrativos y Militares esenciales: Finanzas, Prefectura de Policía, Ayuntamiento e Imprenta Nacional.
4.3.3 Comité de Salud Pública.
4.3.4 Comisiones Ministeriales.
4.3.5 Delegaciones.
4.3.6 Comités de Vigilancia.
4.3.7 Secciones.
4.3.8 Comités de Distrito.
4.3.9 Comisiones de Estudio.
4.3.10 Oficinas de Asistencia.
4.3.11 Comité Central Federativo.
4.3.12 Comité Central de la Salvación de Francia.
4.3.13 Comisión Ejecutiva.
4.3.14 Alcadías.

4.4 Funciones Comunales:


4.4.1 Ejecutiva y Legislativa.
4.4.2 Militar.
4.4.3 Subsistencias.
4.4.4 Finanzas.
4.4.5 Justicia.
4.4.6 Seguridad General.
4.4.7 Trabajo.
4.4.8 Industria y Cambios
4.4.9 Servicios Públicos.
4.4.10 Enseñanza.
4.4.11 Trabajo, Industria y Ahorros.
4.4.12 Relaciones Exteriores.

4.5 Medidas o Proposiciones:

4.5.1 Libertad de prensa.
4.5.2 Suspensión del estado de sitio.
4.5.3 Abolición de los Consejos de guerra.
4.5.4 Amnistía plena y total para todos los crímenes y delitos políticos.
4.5.5 Organización del crédito, del cambio y la asociación para asegurar el valor íntegro del trabajo.
4.5.6 Instrucción laica, gratuita e integral.
4.5.7 Derecho de reunión y Asociación, libertad absoluta de la prensa y el ciudadano.
4.5.8 Organización Municipal de los servicios de Policía, Fuerzas Armadas, higiene, Estadísticas.
4.5.9 Elección por sufragio universal de todos los empleados en todos los lugares de la administración, la justicia y enseñanza.
4.5.10 Limitación a 6,000 francos el sueldo más alto, igualándolo con el salario obrero.
4.5.11 Prohibición de la acumulación de cargos.
4.5.12 Funcionarios Públicos debían levantar gratuitamente actas de su competencia.
4.5.13 Supresión enseñanza religiosa, separación Iglesia-Estado, suspensión presupuesto cultos y secularización bienes congregaciones.
4.5.14 Control servicios de venta al por mayor y aprovisionamiento pan, carne y sal.
4.5.15 Medios para igualar trabajo y salarios.
4.5.16 Abolición trabajo nocturno, panaderos.
4.5.17 Entrega a los trabajadores de los talleres abandonados por los patrones con la formación sociedades cooperativas.
4.5.18 Suspensión de multas y retenciones sobre los salarios.
4.5.19 Supresión agencias de empleos y casas de beneficiencias.
4.5.20 Supresión Monte de Piedad y rescate gratuito de artículos.
4.5.21 Prohibición a los Propietarios de despedir inquilinos.
4.5.22 Elección Alcaldía de París, de los Alcaldes y adjuntos, Consejeros municipales y todos los jefes de la guardia nacional.

4.6 Algunos Sujetos Sociales Reconocidos:

4.6.1 Republicanos Socialistas.
4.6.2 Hombres de convicciones sinceras, hombres del pueblo, resueltos, activos, que tengan un juicio recto y una honestidad reconocidas.
4.6.3 Obreros.
4.6.4 Internacionalistas.
4.6.5 Artistas.
4.6.6 Pequeños burgueses.
4.6.7 Intelectuales.
4.6.8 Delegados.
4.6.9 Talladores, Cortadores de piedra, Obreros del vestido, fundidores de hierro, obreros, camioneros, trabajadores de la harina.
4.6.10 Obreros metalúrgicos y mecánicos.
4.6.11 Políticos.
4.6.12 Literatos.
4.6.13 Periodistas y caricaturistas.
4.6.14 Mujeres.
4.6.15 Niños y Niñas.
4.6.16 Cantineras de los batallones.
4.6.17 Combatientas formaciones femeninas.
4.6.18 Guardias Nacionales.
4.6.19 Insurrectos.
4.6.20 Blanquistas.
4.6.21 Artesanado artístico.
4.6.22 Proudhonianos.


5 REFLEXIONES DE MARX Y ENGELS SOBRE
LA COMUNA DE PARIS

5.1 Sentido de Comuna:

París se movilizó como un solo hombre para la resistencia.
La bandera de la Comuna es la Bandera de la Revolución Mundial.
Una parte de los decretos eran reformas que la burguesía republicana no se había atrevido a implantar.
La clase obrera al llegar al poder no podía seguir gobernando con la vieja máquina del estado.
Superación de la veneración supersticiosa del Estado, ya que desde la infancia pensamos que los asuntos e intereses comunes a toda la sociedad no pueden gestionarse ni salvaguardarse de otro modo que como se ha venido haciendo hasta aquí, es decir, por medio del estado y de sus funcionarios bien retribuidos que son señores de la sociedad y no servidores.
Deshacerse de todo este traste viejo del Estado.
Los proletarios de París en medio de fracasos y traiciones se han dado cuenta que ha llegado la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos… Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el poder.
La Comuna era la antítesis del Imperio, el grito de “República Social” era el anhelo de que se acabase con la propia dominación de clase.
Esta Nueva Comuna viene a destruir el poder estatal moderno y habría devuelto al entonces, venía absolviendo el estado parásito.
La Comuna convirtió en una realidad ese tópico de todas las revoluciones burguesas, que es un “gobierno barato”, al destruir las dos grandes fuentes de gastos: El ejercicio Permanente y la burocracia del estado.
La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores. Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios de producción, la tierra y el capital, en simples instrumentos de trabajo libre y asociado. ¡Pero eso es el Comunismo, el irrealizable Comunismo!
Los simples Obreros se atrevieron a violar el monopolio de gobierno de sus superiores naturales.
La Comuna era la verdadera representación de los elementos sanos de la sociedad francesa y por consiguiente un auténtico Gobierno Nacional.
El nuevo poder realmente democrático, Republicano del Trabajo.
Gobierno de la clase obrera fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo.

5.2 Variaciones de Organización Social:

5.2.1 Asociación Internacional de los Trabajadores.
5.2.2 Unión Obrera.
5.2.3 Comunas.
5.2.4 Batallones Obreros.
5.2.5 Batallones Pequeños burgueses.
5.2.6 Barrios propiamente obreros.
5.2.7 Sociedades Cooperativas.
5.2.8 Grandes industrias y grandes empresas.
5.2.9 Asociación Obreras fabriles.
5.2.10 Gran Unión Obrera.
5.2.11 Federación Libre de todas las Comunas de Francia.
5.2.12 Guardia Nacional.
5.2.13 Manifestaciones Armadas.
5.2.14 Talleres y Fábricas.

5.3 Variantes de Organización de los Poderes:

5.3.1 La Comuna estaba formada por los Consejeros Municipales elegidos por el sufragio universal en los Distritos de la Ciudad, los que eran responsables y revocables en todo momento.
5.3.2 Los Cargos Públicos dejaron de ser propiedad de los testaferros del gobierno central.
5.3.3 Modelo a todos los centros industriales de Francia y el antiguo Gobierno centralizado tendría que dejar paso también en las provincias a la auto-administración de los productores.
5.3.4 Aldeas y Distritos Rurales.
5.3.5 Milicia Popular.
5.3.6 Asamblea de Delegados.
5.3.7 Asamblea Nacional de Delegados.
5.3.8 En vez de decidir una vez cada tres o seis años que miembros de la clase dominante han de representar o aplastar al pueblo en el Parlamento, el sufragio universal había de servir al pueblo organizado en Comunas.
5.3.9 Comité Central Guardia Nacional.
5.3.10 Gobierno Provisional.
5.3.11 Federación de Comunas de Francia.
5.3.12 Comunas rurales de cada Distrito administrarían sus asuntos por medio de una Asamblea de delegados.
5.3.13 Pocas, pero importantes funciones quedarían para un gobierno central, que serían desempeñadas por agentes comunales.

5.4 Funciones Comunales:

5.4.1 La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo.
5.4.2 En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal, sino toda la iniciativa llevada hasta entonces por el estado.
5.4.3 Organizar la unidad de la nación mediante un régimen comunal.
5.4.4 La Comuna le habría dado un gobierno barato, habría convertido a los que hoy son vampiros (el notario, el abogado, el agente ejecutivo y otros dignatarios judiciales que le chupan la sangre) en empleados comunales asalariados, elegidos por él y responsables ante sí mismo.

5.5 Medidas o Proposiciones:

5.5.1 Abolición de la escandalosa “Policía de moralidad” de París.
5.5.2 Abolición de la conscripción y el Ejército y declarar única fuerza a la guardia nacional.
5.5.3 Condonó los pagos de alquiler de 1870 a 1871.
5.5.4 Suspendió venta de objetos empeñados en el Monte de Piedad.
5.5.5 Confirmación en sus cargos de los extranjeros elegidos en la Comuna.
5.5.6 Separación de la Iglesia y el Estado, supresión de las partidas presupuestarias para fines religiosos, declarando propiedad nacional todos los bienes de la Iglesia, eliminando de las escuelas los símbolos, imágenes y dogmas.
5.5.7 Sueldo máximo de un funcionario de 6,000 francos.
5.5.8 Registro estadístico de todas las fábricas cerradas por patrones.
5.5.9 Reapertura de esas fábricas explotadas por obreros organizándolos en sociedades cooperativas.
5.5.10 Abolición trabajo nocturno panaderos.
5.5.11 Clausura Casas de Empeño.
5.5.12 Disposición para organizar la industria y la manufactura unificándolas en una Gran Unión.
5.5.13 Diputados y Funcionarios revocables en cualesquiera momento.
5.5.14 Todos los cargos administrativos, judiciales y de enseñanza por elección de sufragio universal, concediéndole a los electores electores el derecho de revocar en todo momento sus elegidos.
5.5.15 Todos los funcionarios estaban retribuidos como los demás trabajadores.
5.5.16 Funcionarios judiciales perdieron aquella fingida independencia que solo había servido para disfrazar su abyecta sumisión a los sucesivos gobiernos.
5.5.17 La Comuna concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa inmortal.

6.6 Algunos Sujetos Sociales Reconocidos:

6.6.1 París.
6.6.2 Comuna.
6.6.3 Guardias Nacionales.
6.6.4 Pequeño-Burgueses.
6.6.5 Obreros.
6.6.6 París Armado.
6.6.7 Proletarios.
6.6.8 Agentes Comunales.
6.6.9 Pueblo Organizado.
6.6.10 Simples obreros.
6.6.11 Elementos sanos de la sociedad.
6.6.12 Pueblo francés.
6.6.13 Obreros Victoriosos.
6.6.14 Obreros Armados.
6.6.15 Blanquistas.
6.6.16 Internacionales e Internacionalistas.
6.6.17 Proridhonianos.
6.6.18 Pequeños Campesinos y Artesanos.
6.6.19 Artesano Artístico.
6.6.20 Revolución en Armas.
6.6.21 Republicanos.
6.6.22 Agentes Comunales.
6.6.23 Campesinos/as.
6.6.24 Mujeres de París.
6.6.25 En la Vanguardia.

7. UNA EXPERIENCIA Y EL AHORA PARA
EL MAÑANA

Entiendo interesante hacer un ejercicio de apropiación y reflexión en relación a estos dos Cuadros-Matrices y su actualidad, a partir de cada uno de los elementos o referentes (los seis) que me permitieron dar cierta sistematización a la intención de mi intervención. Veamos:

7.1 Sentido de la Comuna:

En primer lugar la Comuna se asumió como un germen y enlace productivo desde lo local, hacia lo Nacional y Mundial, primero París, luego la República Social Francesa y después la República Mundial o Universal, es decir en todos los lugares, como República Sociales.

El internacionalismo de la Comuna, de los comuneros y comuneras implicaba una dinámica, una estrategia de generalización progresiva de la organicidad de un proyecto de organización social y política.

Hoy ello debe servir de referente en relación a la globalización burguesa e imperialista en curso y en su momento actual. ¿Pero en qué sentido? Pues en aprender a articular la creación local comunitaria o comunal y sus articulaciones, como fenómeno de apropiación del proceso real de producción y gobierno. Esto implica obstaculizar los flujos y vías de circulación de la dinámica del capital globalizante y generar flujos y vías de circulación de la dinámica cooperativa, compensatoria y potenciador del trabajo y la creación comunitaria o desde abajo, desde las clases excluidas y oprimidas.

Esto significa, en segundo lugar, el ir generando en esos flujos y vías de circulación nuevas formas de gobierno, de auto-gobierno, de controles y de generación de representación populares asociadas a esos procesos socioeconómicos, haciéndose dueños y dueñas de las decisiones de la reproducción social. Hacer la política con nuevos organismos, órganos e instituciones, espacios y puntos de encuentro desde la sociedad, desde el organismo social, desde las clases oprimidas por el capitalismo globalizante, donde se hacen sus culturas contrahegemónicas. Hacer de la Contrahegemonía un arte de buscar un canal o canales para darle “Voluntad de Estado” no separado a la sociedad civil, haciendo al nuevo Estado servidor o arrollado de las mayorías explotadas, de la sociedad (Gobernar obedeciendo).

Pero, naturalmente, no en el sentido en que el Capitalismo Neoliberal lo insinúa de manera hipócrita, es decir, como apoyatura al secuestro de lo público por la burguesía, sino en el sentido mismo de desapropiar a los expropiadores, de crear las condiciones de igualdad y fraternidad en la reproducción social, es decir, en todos los lugares sociales. No se trata ya de hacer ricos/as y millonarios/as y que ellos sean creadores de riqueza y que el Estado redistribuya unas cuotas reducidas para mantener esa estrategia burguesa de reproducción. Se trata de que no se generen ricos/as, propietarios capitalistas, se trata de que el Capitalismo no pueda reproducirse porque los nuevos códigos tienen otro desenlace, implican otro proceso.

Esto significa (conectar el funcionamiento cotidiano de la sociedad con los órganos más públicos de la política) un estado realmente barato y pequeño, mucho o más reducido progresivamente, en la medida en que hay una redistribución, descentralización y “abajización” de las estructuras, instituciones y funciones centralizadas hoy en estados despóticos o autoritarios, acorde con una relación social centrada en el trabajo y la emancipación de éste.

Esto sería “el irrealizable comunismo”, tomar en nuestras manos los asuntos públicos, el organismo social, transformando los modos de reproducción social y generando con ello nuevos modos de delegación, representación y participación directa que sean garantía del proceso.

7.2 Variantes de Organización Social:

Este aspecto y referente debe trabajarse, obviamente, en relación a lo planteado anteriormente, las maneras, formas, expresiones, articulaciones, puntos de encuentro que los pueblos, naciones, clases y sujetos oprimidos y explotados generan, crean y desarrollan deben asumirse en sus diversidades, como formas en sí y como sostenes o gérmenes de las nuevas reestructuraciones revolucionarias de las sociedades.

Me explico: de los cuadros matrices sistematizados podemos colegir una gran diversidad de sedimentaciones de conglomerados más o menos permanentes, más o menos efímeros.

Desde lugares laborales (talleres), de intercambio (Ferias y Mercados), de recreación y expresión estética (Teatros), pasando por unidades armadas (Batallones y piquetes), Sindicatos hasta asociaciones productivas (Uniones obreras, cooperativas, asociaciones solidarias) o articulaciones políticas (Internacional de Trabajadores, Federación de Comunas) a situaciones muy coyunturales (grupos de manifestantes armados).

¿Qué nos dice esto? No solo que ello es un proceso, sino que los lugares, las relaciones, las composiciones, las respuestas son variadas/os y que todas las formas inimaginables son creadas, organizadas, reestructuradas, absorbidas, sirven de continuidad y, que ello permite diversificar la acción popular en una diversidad de formas y métodos, lo que ayuda a situar viejas reflexiones en nuevos planos y potencialidades.

Lo principal es que para que exista una contrahegemonía revolucionaria eficaz ella debe ser extendida, por cobertura y profundidad, y por tanto diversa, en un país, región y mundo. Esto solo es posible, plausible, si regamos la sociedad de posibilidades de puntos de encuentros y organizaciones de todos tipos y formas, sin que ello implique predominio esquemático y absolutista de alguna en la marcha del conjunto, pues la coherencia del conjunto implica una reformulación o relaciones de vanguardia.

Pudiéramos discutir la cuestión de la coherencia de la Comuna de París de 1871, pero lamentablemente no podríamos hacerlo hoy por razones de tiempo; ahora bien, lo que sí podemos asumir es que la coherencia es una particular exigencia de articulación de formas de organización social, que surge en un cierto tipo de condiciones desde la sociedad civil. Se generan los gérmenes de un nuevo “Estado” como órgano servidor de la organización social, como se construyen puentes vías (como las delegaciones comunales en el gobierno nacional) para romper con la enajenación de órganos públicos en relación a la ciudadanía a las clases y sujetos protagónicos.

La recuperación de esta experiencia en una lectura y hermenéutica pragmática, plantea de entrada la visión del sistema político no como el sistema político en sí, sino como el sistema social y su componente político, como la construcción del sistema social, de la organización social gestora o gestora del futuro político.

7.3 Variantes de la Organización de Poderes Políticos:

Continuando un poco en la lógica o el punto de vista anterior podemos observar el tránsito de formas organizativas sociales reestructuradas hacia formas públicas de los poderes transformadores. Por ejemplos, el paso del Comité Central de la Guardia Nacional, Gobierno Provisional, Comuna de París, partiendo del hecho de que las formas sociales armadas generaron situaciones eleccionarias para constituir otros poderes políticos, como la Comuna. Desde formas sociales armadas democratizadas a formas sociales, políticas democráticas y republicanas de vocación nacional y universal.

Ahora bien, la cuestión crucial que plantean los comuneros es la estructura de una red de comités, delegaciones y comisiones articuladas a una base territorial que permitiera una participación lo más directa posible, con permanente control cotidiano, rendición de cuentas y revocabilidades de mandatos, en una misma dinámica. Que la encarnación en personas y grupos de una cierta división del trabajo no implicará separación, enajenación del delegado/os o delegada/as que son, en todo caso, escogidos desde abajo sin intermediarios constituidos en aparatos.

En nuestro país se celebran elecciones Municipales y Congresionales el 16 de Mayo de 1998, elecciones, repito, fraudulentas, básicamente porque no tienen ningún rasgo comunero, es decir, con la participación desde abajo en Distritos sin intermediarios estatal-partidarios. El proceso eleccionario de sufragio universal comunero constituía la soberanía como situación igualitaria y la delegación, comisión, consejería como puntos colectivos de encuentro y control sistemático, y al ser expresiones desde abajo, dejarían de ser posibilidades de control y maniobra de los poderes centralizados.

Para nuestra situación, un esfuerzo comunitario o comunero, implica romper la centralización estatal, corporativa y de los partidos para-estatales dominicanos, e iniciar un proceso de complejización de la lucha sociopolítica y de creación de puntos vulnerable en el orden burgués del país y la globalización imperialista.

¿Por qué? Es necesario, ahora, más que en 1871, debilitar la centralidad del orden burgués; la centralidad y centralización burguesa es la situación ideal para estructurar acumulaciones, procesos de acumulación depredadores de la humanidad, y las estrategias comunales locales articuladas en una estrategia revolucionaria el circuito de esas acumulaciones y el potenciamiento de nuevas relaciones sociales, del germen socialista de reproducción y organización.

Nuevos poderes democráticos en una República del Trabajo no están referidos a un Congreso, Parlamento o Municipios mediatizados por aparatos burgueses, sino a procesos de escogencias para servir a los pueblos organizados territorialmente en agrupamientos comunales, en cierta medida, de naturaleza extraparlamentaria.

7.4 FUNCIONES COMUNALES

Es de relevancia particular resaltar las variantes de concreción de la organización de los poderes, la manera como ellos funcionan, superando los esquemas burgueses de la división del trabajo político estatal. Mientras en el esquema “dominicano” se asumen y organizan ámbitos separados que se transforman en una maraña de campos de maniobras de las burocracias y los aparatos (ejecutivo, legislativo, judicial y electoral), la Comuna era una realidad multidimensional, un espacio de trabajo integrado de creación, diseño, ejecución y control sin que ello no implicara la conflictualidad.

Como de lo que se trataba era de hacer que los agrupamientos sociales y su red organizacional “absorbieran” las funciones de un estado exterior o separado de ellos, este estado comenzaba a perder su identidad como cuerpo autónomo y opresor y su burocracia debía diluirse en una masiva participación de responsabilidad ciudadana donde la conciencia abierta y el salario justo no generaran una casta corporativa burguesa, un “alma del estado” para la reproducción capitalista.

Mientras el actual gobierno dominicano hace “caro” el estado o el propio gobierno, con un ejército burocrático y sueldos altos al funcionariado superior, la Comuna al ser una organicidad colectiva, consciente, del trabajo y el servicio popular, era un gobierno, un autogobierno barato y atentador a la condición de facilitador de la acumulación capitalista. Por otro lado, al ser la Comuna una propuesta y acción descentralizada de base municipal, que “regaría” el territorio con gestiones de intervención participativa, permitiría la organización de una red de servicios municipales más eficientes, en la medida en que las municipalidades y las provincias serían en sí, existencia político-territoriales colectivas y también descentralizadas. Mientras en nuestro país las Sindicaturas son las presidencias “chiquitas”, el colectivo de Consejeros Municipales de la Comuna y el sistema de delegaciones permitían un democrático y adecuado estilo de organización de la división del trabajo, aún en condiciones de guerra civil.


7.5 MEDIDAS Y PROPOSICIONES DE LA COMUNA

Así como en la concreción del funcionamiento comunal se percibe la naturaleza social y clasista de esta irrupción histórica, de esta insurgencia proletaria y popular urbana, el cuerpo de proposiciones y medidas afina el blanco del movimiento comunero. Igualdad en los ingresos, impedimentos para acumulaciones originarias vampirezca-estatales, liberación de la tutela hegemónica clerical, nuevas redes de producción asociativa, de aprovisionamiento y circulación, nuevas fuerzas políticas armadas, articulaciones de las nuevas formas productivas de naturaleza cooperativa, soberanía popular generalizada, controladora y gestora de delegaciones y funcionarios.

Producir sin privilegios, es decir, sin reproducir de manera clasista, acceder a los satisfactores, debatir y resolver con todos y todas lo que atañe a la situación, acontecimiento o problema, la Comuna propone una manera democrática radical de estar y ser, de reproducir participando igualitariamente. No se trata, como en la propuesta capitalista neoliberal del gobierno actual de, dejar que en todos los lugares que la burguesía sea dueña, genere ganancias, pague impuestos por esas ganancias y el Estado, de común acuerdo con ella, invierta en la fuerza laboral e infraestructura para facilitar más ganancias. No se trata de esa infamia de opresión. Se trata de que en un proceso revolucionario de manera igualitaria se produzcan asociaciones productivas y creativas que generen condiciones sociales de vida en la cual, cada trabajador/a reciba lo necesario y justo acorde con la dinámica igualitaria comunal, sin que nadie se pueda hacer burgués, es decir, expropiador, aunque las exigencias de responsabilidad y productividad se manifiesten en la provisión de recursos por el trabajo.

La intencionalidad comunera, la dinámica comunal, es universalizar la condición de trabajador/a y soberano/a, creador/a sin explotador/a, dueño/a, solidariamente, de manera tal que los excedentes o sobre productos reingresen o circulen con vocación socialista.


7.6 ALGUNOS SUJETOS SOCIALES RECONOCIDOS

Para concluir el Cuadro-Matriz nos propusimos un cierto levantamiento o identificación de los sujetos que se reconocen, admiten o señalan con grados de protagonismos diversos.

La diversidad, igual que en el caso de las organizaciones sociales, por ejemplo, arroja una riqueza de particular dimensión. Aunque pudiera parecer como exclusivo y absorbente sujeto histórico el proletariado y la clase obrera, una lectura de los documentos comuneros, testimonios y hermenéuticas, es evidente u obvio el reconocimiento de la diversidad, sus papeles y roles, no solo concibiendo los sujetos como objetivaciones sino como situaciones actitudinales revolucionarias o transformadoras sea como agrupamientos sociales o ámbitos complejos, no importa su nacionalidad pues la ciudadanía la otorga el compromiso de la lucha.

Por ejemplo, Comuna y París Armado, Agentes Comunales y Elementos Sanos de la Sociedad, Obreros y Republicanos Socialistas, Periodistas y Caricaturistas. Un perfil de “hombres de convicciones sinceras, hombres del pueblo, resueltos, activos, que tengan juicio recto y una honestidad reconocidas”. O un reconocimiento de género e intergeneracional, mujeres cantineras, niños y niñas. Condición de punta o avance: “en la vanguardia”.

Quizás una lectura de esa diversidad, como podrían apreciar en el cuadro matriz, nos permita extraer de esa diversidad, la visión de la constitución de sujetos situacionalmente en especies de lugares y tránsitos (“Manifestaciones” e “insurrectos”). Una visión más penetrante de los procesos constitutivos de clases y sujetos potencialmente revolucionarios: una esquina, un mercado, una calle, una persona seria, un encapuchado, un teatrero o teatrera, un basketbolista, una niña estudiosa, una rebelde o un rebelde.

Una situación o acontecimiento revolucionario es una particular articulación de subjetividades y vidas con sus exigencias, de expectativas, agudizadas por asunción de la condición combatiente y liberadora.

La contrahegemonía es un haz desde el fondo social que emerge por todos los poros de los organismos sociales populares y que busca curso efectivo en alianzas sociales de naturaleza revolucionaria, transformadora y exige puntos de encuentros de sujetos y entre sujetos, de clases e interclases con potencialidad de acercamiento y superación.

La Comuna fue un momento, lugar y proyecto de creación, un proceso de constitución de experiencias en el curso histórico, como en cierta manera lo fueron los Comandos Constitucionalistas o la Asamblea Popular del 22 de Abril de 1984 en la Zona Norte de Santo Domingo que llamó al Paro General contra el Fondomonetarismo y su secuela de mayor hambre y opresión en el régimen jorgeblanquista, o los intentos de Comités de Defensa de la década de los 70 y de los Comités de Acción Popular de los 80.


8. ALGUNAS CONCLUSIONES MINIMAS

No pretendimos agotar toda la cuestión, nuestra intención era un cierto abordamiento para obtener un referente útil para el hoy que hace el mañana de todas maneras y sin pretender concluir cerrando la riqueza de las ampliaciones y profundizaciones, para el hoy podemos asumir:

8.1 República Social, República del Trabajo, República Universal, Revolución Mundial, Revolución Social Mundial.

8.2 El Pueblo afirma su derecho a ser dueño de su sociedad y a tener una verdadera representación popular, a organizarse en Comités, Clubes, Sociedades, Ligas, Sindicatos, Distritos, Federaciones, etc., para constituir su poder social.

8.3 En vez de decidir cada cuatro años entre años y dominadores diferentes, decidimos crear poderes sociales que generen gobiernos propios que auto administren en diversos niveles la sociedad, sin intermediarios que manipulen y secuestren la Soberanía, el soberano estaría en todas partes controlando y organizando el trabajo en barrios, parajes, secciones, municipios, provincias y el país.

8.4 Los nuevos órganos serían deliberativos, ejecutivos y controladores, ahorradores, responsables y revocables y su sentido es el dar respuesta concreta y nacional a las problemáticas de las mayorías populares y contribuir a respuestas sobre la isla, el Caribe y los Pueblos del Mundo.

8.5 Para ello seríamos facilitadores de los sujetos y clases revolucionarias protagonistas de la nueva sociedad, comunitaria, socialista y no capitalista, para potenciar la apropiación de los procesos del mundo por los pueblos y las sociedades civiles nacionales e internacionales. Organizar la coherencia del mundo con una alianza social progresista y un ordenamiento comunitario y socialista.

Se trata de convocar, organizar y luchar con “todos los elementos sanos” del mundo, es la estrategia de la República Social Mundial, la única globalización democrática, popular y transformadora.


9. REFERENTES BIBLIOGRAFICOS

9.1 Cole, G. D. H. HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOCIALISTA. Ed. Fondo de Cultura Económica, Tomo II.

9.2 Kolakowski, Leszek. LAS PRINCIPALES CORRIENTES DEL MARXISMO. Tomo I. LOS FUNDADORES. Alianza Editorial.

9.3 Vranicki, Predrag. HISTORIA DEL MARXISMO: DE MARX A. LENIN. Tomo I. Agora Ed. Siqueme.

9.4 Marx, Carlos y Engels, Federico OBRAS ESCOGIDAS. Tomo II. Editorial Progreso.

9.5 Zevaes, A. LES JOURNEAUX DE LA COMMUNE. Etudes de Presse, Octubre 1952.

9.6 Dubreuilhm, M. LA COMMUNE. Tomo II de la “Historia Socialista” de Jean Jaures. Ed. Blanc.

9.7 Koechlin, H. IDEOLOGIAS Y TENDENCIAS EN LA COMUNA DE PARIS. Ed. Proyección.

9.8 Dausette, A. LOS ORIGENES DE LA COMUNA DE 1871. Ed. Blanc.

9.9 Bourgin, Georges. LA COMUNA. Eudeba.

9.10 Olliver, Albert. LA COMUNA. Alianza Editorial.

9.11 Mandel, Ernest. CONTROL OBRERO, CONSEJOS OBREROS, AUTOGESTION. Antología. Tomo I. Cuadernos Rojos. Daniel Bilbao Editor.